Sábado 13 de marzo de 2010, p. 13
El sociólogo Hugo Zemelman señaló anoche que la intelectualidad latinoamericana no está dando respuesta a los problemas que vive la región. Hay un gran silencio al respecto, subrayó, luego de convocar a los jóvenes a convertirse en sujetos pensantes.
Ante estudiantes y académicos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de Mexico (UNAM), pidió generar pensamiento que por sí mismo sea acción
, y llamó a no convertirse en jueces de lo que se hizo o se dejó de hacer
.
Lo importante es participar, enfatizó, y criticó a intelectuales de Bolivia y de otros países sudamericanos que no están con los movimientos sociales porque los consideran impuros
.
En conferencia magistral sobre las posibilidades de la utopía y la construcción de otro mundo, reconoció que la población joven tiene una sensación de sin sentido, impotencia, desinterés, excepticismo e individualismo
.
Al concluir las jornadas Memoria, pertinencia y autonomía del pensamiento crítico en América Latina y el Caribe, organizadas por el 50 aniversario del Centro de Estudios Latinoamericanos de la UNAM, Zemelman recordó que antes los jóvenes tenían utopías y creían que la sociedad progresaba.
Había un optimismo, dijo, que permitió que se pudieran enfrentar la pobreza conceptual y la falta de rigor para nombrar los fenómenos, una de cuyas expresiones más importantes fue la recurrencia a expedientes ideológicos y la debilidad en las construcciones teóricas que se derrumbaron claramente a mediados de los años 70 del siglo pasado, con los golpes de Estado en la región.
Autor de textos como El proceso chileno de transformación de dirección política y El migrante rural, Zemelman agregó que existía la expectativa de un modelo social alternativo, por lo que durante muchos años se siguió hablando del colapso inminente del capitalismo.
Esa posición llevó a abandonar viejas tradiciones de pensamiento del siglo XIX, las cuales tenían un punto de acuerdo que se olvidó: el capitalismo no se desploma; se destruye o seguirá.
Aseveró: se cayó en el optimismo de pensar que caería el capitalismo mientras nos íbamos de picnic
. Se aplicaba el apotegma chino de que bastaba con sentarse a la puerta de la casa y tener la suficiente paciencia para ver pasar el cadáver del enemigo, pero lo que ocurrió fue que pasó el cadáver del amigo: gran enseñanza de la historia
, comentó el catedrático.
Zemelman destacó asimismo que el gran desafío de los jóvenes es no repetir los errores de la generación derrotada de los años 70 y que se cuiden de recibir como herencia el pesimismo, encubierto de rigor teórico, que es simplemente falta de pensamiento e incapacidad
.
Por la mañana, la investigadora Raquel Sosa resaltó que desde los años 90 del siglo anterior en el mundo operó una transformación intelectual de las mayores dimensiones
, bajo la dirección del Banco Mundial.
Muchos académicos, expresó, no se percataron de lo que estaba sucediendo, y simplemente absorbieron las estrategias y la conducción de aquella institución como propias.
Al respecto, recordó que se introdujeron conceptos como calidad, certificación y evaluación, así como una visión empresarial ligada al ajuste estructural ocurrido en la región.
A mediados de los años 90, agregó, hablar de la teoría de la dependencia, del imperialismo y del centro-periferia resultaba fuera de lugar y de los discursos aceptados, puntualizó.
Por ello, pidió recoger el planteamiento de los pueblos como algo que reconocemos en nuestra práctica académica, como fuente de nuestro conocimiento, alimentación de nuestra perspectiva y dotación del sentido del trabajo que realizamos
.
Finalmente, la académica consideró que el trabajo debe estar pensado en función de la transformación de la sociedad, de la superación de las injusticias y del reconocimiento de la equidad y la igualdad.
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