J. Jaime Hernández / Corresponsal
El Universal
Jueves 29 de abril de 2010
WASHINGTON.— En la guerra desatada por la ley antiinmigrante de Arizona, congresistas republicanos exigieron ayer al presidente Barack Obama el inmediato despliegue de la Guardia Nacional —“con muy claras reglas de combate y con las armas y la autorización respectivas para responder en caso de ser atacados”—, para contener la violencia que consume a las poblaciones fronterizas de México.
Al mismo tiempo, las filas demócratas alzaron la voz desde los jardines del Capitolio para urgir a la Casa Blanca convocar a una reunión bipartidista para impulsar de una vez por todas una reforma migratoria justa y de amplio alcance que sirva de cortafuegos a la multiplicación de legislaciones abusivas como la de Arizona.
En medio de este fuego cruzado entre demócratas y republicanos, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió un comunicado para advertir contra la legislación de Arizona que, desde su punto de vista “criminaliza la presencia de indocumentados y eleva el riesgo de discriminación racial”.
Atrincherados en sus posiciones a favor y en contra de la ley antiinmigrante en Arizona, los congresistas republicanos fueron los primeros en abrir el fuego. A primera hora de la mañana, un grupo de representantes encabezado por el aguerrido bloque de Texas, sorprendía con la distribución de una carta dirigida a la Casa Blanca en la que demandaba al presidente Obama una acción “rápida y decisiva” para contener la violencia de los cárteles en la frontera con México.
“Le urgimos para que ordene despliegue la Guardia Nacional” y que, además, estos efectivos estén “provistos de muy claras reglas de combate y con las armas y la autorización respectivas para responder en caso de ser atacados”, aseguraron los congresistas Ted Poe, Gabrielle Giffords, Sam Johnson, John Carter,John Culberson, Louie Gohmert, Joe Barton y Duncan Hunter, entre otros.
A los pocos minutos, el caucus demócrata se concentró afuera del Capitolio no sólo para condenar la legislación de Arizona, a la que no dudaron en calificar de “anticonstitucional”, sino que la caracterizaron como “una agresión a la democracia”. En la concentración, el representante por Illinois, Luis Gutiérrez, pidió a Obama una reunión bipartidista en la Casa Blanca para impulsar una reforma migratoria este mismo año.
Obama ve difícil reforma este año
Obama, sin embargo, admitió que el Congreso de EU puede carecer de “apetito” para acometer la reforma migratoria este año, ante la proximidad de las elecciones legislativas en noviembre.
Un documento titulado “Propuesta conceptual sobre inmigración” comenzó a circular desde las filas demócratas en el Capitolio. El documento pone énfasis en la seguridad fronteriza y toca áreas como verificación de empleo biométrica. En el área de legalización el documento propone un “estatus legal prospectivo” que les permitiría a los indocumentados viajar y trabajar en Estados Unidos. Después de ocho años se les daría su residencia.
El Departamento estadounidense de Estado reconoció ayer que la ley antiinmigrante de Arizona tiene implicaciones internacionales, “más profundamente en México”, y señaló que varios gobiernos le han expresado sus preocupaciones al respecto, dijo el vocero Philip Crowley.
El alcalde de Phoenix, Phil Gordon, anunció que demandará a título personal la ley antiinmigrante de Arizona luego de que cinco de nueve miembros del cabildo de gobierno se negaron a apoyarlo.
Lanzan referendo contra legislación
Un referendo anunciado ayer podría poner en suspenso la ley migratoria de Arizona hasta el 2012 si los organizadores reúnen más de 76 mil firmas para poner la medida en las boletas electorales. Los opositores a la ley tienen hasta fines de julio o principios de agosto para presentar las firmas, cerca de la misma fecha en que la ley entraría en vigor. Si obtienen suficientes, la legislación quedaría en suspenso. (Con información de agencias)
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